La tos es una de las principales molestias que acompaña a la gripe o al resfriado común, dos de las afectaciones a la salud más comunes del mundo, pero no podemos olvidar que ese sonido al expulsar el aire también funciona como una medida de protección del cuerpo frente a diversas sustancias irritantes, cuerpos extraños o cualquier secreción que necesite eliminarse.
Este mecanismo de defensa existe en todas las personas, pero sus características pueden varían dependiendo de la edad, las cuales son importantes para determinar sus causas y el tratamiento que cada persona debe seguir para que logre disminuir las molestias y eliminar la causa que la está ocasionando.
¿Cómo es la tos en niños?
En el caso de los niños, la tos suele ser húmeda, más aguda, persistente, y por lo general es ocasionada por problemas como:
- Infecciones en las vías respiratorias.
- Aspiración de un cuerpo extraño.
- Malformaciones pulmonares.
- Deficiencias del sistema inmune.
- Reflujo.
- Asma.
¿Cómo es la tos en adultos?
La tos en adultos se presenta más frecuentemente de manera seca y también puede deberse a las causas anteriores; sin embargo, existen algunas razones más que se suman a la lista de posibles causante como:
- Tumores.
- Tabaquismo.
- Exceso de estrés.
Además, para el caso de los adultos, factores como una dieta saturada en grasas, falta de descanso y fatiga crónica entre otros, aumentan la posibilidad de la aparición de la tos e incluso pueden empeorarla.
Aunque cualquiera puede experimentar ambos tipos de tos (seca y con flemas), la edad también influye sobre la forma en que ésta puede presentarse en nuestro organismo, y sobre todo, en las causas de la misma, lo cual es un asunto clave ya que a partir de esa identificación estaremos alertas ante la gravedad del síntoma y podremos buscar el tratamiento más adecuado para atacar sus causas.
Fuente: Pascual Sánchez, Teresa y Urgelles Fajardo, Elena. Tos persistente, Sociedad Española de Neumología Pediátrica (NEUMOPED), España, 2017.